domingo, 28 de noviembre de 2010

El Tiempo

La armonía del tiempo es lo mas importante que podemos tener las personas, aunque dentro de ese tiempo esté implicado, muchas veces, el sufrimiento, el dolor humano; porque teniendo armonioso tiempo se puede combatir ese sufrimiento.

Muchas personas carecen de la armonía del tiempo y, entonces, se les suma un doble dolor: el de esa carencia, y el sufrimiento que conlleva las cosas de la vida con las que nos enfrentamos en el día a día.

El no tener tiempo cronológico, el cambio de la dimensión del tiempo, se convierten en una pesadilla, ya que te sales del ritmo de la vida, del universo de su música... Te sales del orden. Nuestro tiempo tiene que tener armonía; si no, es un auténtico caos. La vida, nuestros pensamientos, no se pueden percibir del mismo modo.

Nuestros pensamientos, nuestros sentidos se agotan, se pierden porque se encuentran en una dimensión desconocida, terrible, en desacorde con el orden universal y, de esa manera, es imposible tener la posibilidad de ser felices. Es como navegar en un desierto.

Nuestro velero, lo primero que necesita, es agua; también, lo primero que necesitamos es tiempo con armonioso ritmo. Podemos encontrar tormentas, pero lo primero es ese mar donde poder navegar, donde poder visualizar también nuestro horizonte, encaminarnos hacia él con ritmo, poder así estar ubicados y ser partícipes del bello sueño del tiempo. Ser totalmente conscientes de él, dejar que acaricie nuestros sentidos y hacernos cómplices con un guiño, con la esperanza de que ese tiempo sea benévolo con nosotros, llevándonos de su mano para poder, sencillamente, hacernos sentir vivos, partícipes y felices del ritmo del universo.

Puede ser la lucha más dura de la existencia: luchar contra el desordenado tiempo en nuestras mentes, pero el ser humano puede vencerle. Cuando el tiempo se manifiesta caótico, se puede vencer esa batalla.

lunes, 22 de noviembre de 2010

'Noviembre para Abril', de Albert Espinosa para 'elperiodico.com'

"Artículo 200. Y por fin llegamos a este número tan redondo. Quiero agradecer antes que nada sus ideas a los miles de lectores que me han enviado propuestas para el tema central de la columna. Además he de decir que todas eran muy potentes. En los mails había frases de esas que te tocan el esófago. Me ha impresionado sobre todo una mujer de casi 90 años que me ha dicho que está bien parar y reflexionar sobre los 200 artículos, porque, según ella, «el tiempo se gana siempre en las paradas y no en la carretera».

También me ha encantado el hermoso modo que tienen los lectores de definirse. Algunos me han comentado que tienen «cítricos por corazón», otros que «coleccionan ojitos» y muchos piensan que «el amor es lo único que crece cuando se reparte».

Pero, como siempre, hay algo que le emociona a uno de manera suprema y esta vez ha sido un mail que hablaba de... Bueno, casi os lo cuento después de repasar lo mejor de mi semana.

En tercera posición: Cruzando el límite. Estupendo Marcel Borràs, que, como siempre, borda cualquier papel que se le pone por delante. El segundo lugar es para Les Luthiers (BTM). Siguen siendo los mejores, únicos e irrepetibles. El gag de Esther Psícore continúa produciéndome felicidad completa. Siempre recordaré quién me los recomendó por primera vez. Él ya no está aquí, pero siempre que me río con ellos, de algún modo, me río con él.

El primer puesto: Sombras de un amanecer. Estupendo y precioso recopilatorio de poemas de la gran Elena Saiz Sepúlveda. Me emociona profundamente ese magnífico verso que dice: «Quiero quererte y olvidarte al mismo tiempo...». Ojalá fuera posible.

Y, volviendo al mail que más me emocionó, fue el de una mujer que me contó que también era su 200º aniversario. Este domingo hace 200 días que nació su hija y que su vida cambió. Se llama Abril en honor al mes en que nació y desde aquí le dedico enteramente esta columna de noviembre. Es tuya, pequeña Abril, el 200 nos unirá para siempre... Me encanta que se fundan Abril y Noviembre. Noviembre y Abril.

Y, como dice la gran dama, después de ganar tiempo en la parada, volvemos a la carretera... A por el 201... ¡Feliz domingo!"

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