En Japón, desde el año 2003, la enfermedad de la esquizofrenia pasó a llamarse "Transtorno de la Integración." Grandísmo avance lingüistico como es normal al referirse a algo tan serio y tan estigmatizado a lo largo de la historia. Deberíamos coger ejemplo de ellos, y ser mas humanos y respetuosos con los seres que sufren, esquizofrenia lleva mucha carga negativa y los medios de comunicación, el cine y la literatura se han encargado de ello.
La palabra discapacidad también lleva esa negatividad fatalista en personas diferentes. Es una palabra triste, aceptada y pronunciada cínicamente en muchos casos, dejando un sabor amargo para personas que socialmente no solo cumplen con la convencionalidad, sino que superan con creces a muchas personas que no sienten el peso de esa palabrita. Pero que al igual que las personas mal llamadas discapacitadas tienen sus limitaciones, sólo por el hecho de ser humanos.
La palabra discapacidad brota a menudo en personas que como mecanismo de defensa, huyen del estigma social señalando al otro, al diferente y reafirmandose así mismo como persona capacitada, siendo esto un espejismo ya que nadie lo es, la no discapacidad es una utopía y todos de alguna manera carecemos de ello y tenemos limites. La normalidad o no normalidad la poseemos todos aunque no lo queramos ver. El respeto a lo diferente debe prevalecer por encima de todas las cosas, socialemente nos llevan ventaja otras culturas como la nórdica donde ya desde a edad media a las personas mal llamadas discapacidad se les veía como Dioses, mientras que en países como España se les encerraba en lugares como si fuera un zoo para la diversión de las personas los fines de semana.
Las personas con limitacion del corazón son las personas con discapacidad y grande además, el resto no tienen porque serlo. Es una palabra muy triste.
La palabra discapacidad brota a menudo en personas que como mecanismo de defensa, huyen del estigma social señalando al otro, al diferente y reafirmandose así mismo como persona capacitada, siendo esto un espejismo ya que nadie lo es, la no discapacidad es una utopía y todos de alguna manera carecemos de ello y tenemos limites. La normalidad o no normalidad la poseemos todos aunque no lo queramos ver. El respeto a lo diferente debe prevalecer por encima de todas las cosas, socialemente nos llevan ventaja otras culturas como la nórdica donde ya desde a edad media a las personas mal llamadas discapacidad se les veía como Dioses, mientras que en países como España se les encerraba en lugares como si fuera un zoo para la diversión de las personas los fines de semana.
Las personas con limitacion del corazón son las personas con discapacidad y grande además, el resto no tienen porque serlo. Es una palabra muy triste.
Elena Sáiz Sepúlveda
Cuenca, Abril 2013
