TARDE DE OTOÑO:
Las Diosas de las tardes solitarias
pululan entre humo gris y verde,
rozan la agonía de seres extraños
que mecen el viento
y sonrien con labios de trapo,
seres que suspiran con almas cansadas
intentando descifrar el silencio
y rompen matices de nostalgias amarillas
de otoños pasados,
de hojas que nunca se llevó el viento,
que se quedaron en nuestros brazos
para acunarlas con lágrimas,
una lluvia de agua vacía reposa y descansa
en mi ventana
curando las heridas otoñales del pasado,
y mi mirada dibuja en el cielo una rosa
que nuevos otoños no podrán nunca marchitar.
