jueves, 23 de abril de 2020

23 de Abril: Día del Libro


Joaquín Sabina dice en una canción: ¿quién me ha robado el mes de abril?

A pesar de la situación actual por culpa del coronavirus nadie ni nada nos debe robar el mes de abril, ni el resto de meses del año para leer un buen libro de novela, poesía, teatro, ensayo, cuento… La lectura es la base principal para el conocimiento, el aprendizaje, el entretenimiento, la dispersión. Puede ser una forma de evadirse de situaciones complejas como la actual y también una forma de transportarnos a un paisaje diferente de nuestras vidas ya que el paisaje gris actual del coronavirus nos limita como todo lo demás a participar en eventos culturales y visitar espacios culturales de forma física.

Un libro en nuestras manos y su lectura es un acto mágico de aprovechar el tiempo de manera positiva. También leyendo en internet ahora que están las librerías cerradas. Cuando leemos un libro la vida de otros mundos llega  a nuestras vidas y muchas veces nos identificamos con esos mundos que nos dan a conocer los escritores y escritoras.

Leyendo nos adentramos en un inmenso mar de palabras que pueden proporcionarnos alegres y agradables momentos y  más todavía  en la difícil situación que estamos viviendo.

Elena Sáiz Sepúlveda.

lunes, 13 de abril de 2020

Nuestras Salidas de Casa


En este estado de confinamiento las pocas veces que salimos. Solo cuando es estrictamente necesario y a veces ni eso, aunque siempre “hay excepciones”. Caminamos solos (Como dictan las normas). Mirando de frente, con prisa en la mayoría de los casos por volver pronto a casa.

Miramos preocupados, una preocupación razonable, por la situación actual. Miramos con temor por lo que puede hacer daño o hacernos daño como es el maldito coronavirus y este interrogante tan poderoso y temeroso de lo que pueda pasar, es lo que pulula por nuestras cabezas a cada paso que damos, en cada pequeña acción de nuestra actual cotidianidad.

Somos seres humanos y como tales, el temor forma parte de la vida pero también como seres humanos somos capaces de hacerle frente a cualquier situación adversa, por muy complicado que nos parezca.

No podemos evitar las circunstancias que el caprichoso destino nos ha deparado a todos pero existe la opción de como afrontar la actual realidad.

Tengamos la esperanza que pronto esta guerra termine y se vuelvan a normalizar nuestros pasos, tanto de las personas que están en primera fila luchando como la del resto de todos nosotros.

Elena Sáiz Sepúlveda.

domingo, 12 de abril de 2020

Templanza


La templanza es lo que en estos días debe de ser nuestro escudo. Un indicador que seguir, un valor muy útil en nuestro camino. Especialmente para todas las familias, que son las mayoría del país, que tienen mas riesgo, porque en casi todas las familias tenemos algún profesional expuesto o expuesta al peligro del contagio.

La templanza no es fácil, ante el problema tan tremendo en el cual todos estamos sumergidos de una manera u otra.

Todos podemos ser fuertes ante la adversidad y entre todos tenemos que colaborar con las recomendaciones que nos indican los expertos, para que esta maldita pandemia del coronavirus se erradique y así volvamos a la normalidad, a la cotidianidad. Mientras tanto, la templanza es un aliado que nos debe acompañar en nuestras vidas. Un recurso para mantenernos en calma dentro de tanta incertidumbre.

No debemos hundirnos, no naufragar en un mar de desesperación, de angustia, de miedo. La templanza en estos días es lo que debemos respirar a cada segundo, a cada paso en esta difícil situación. 

Elena Sáiz Sepúlveda.


sábado, 11 de abril de 2020

Los Aplausos de Nuestros Pequeños Pueblos


Son muchísimas personas que viven en pequeños pueblos. En lugares prácticamente despoblados, con apenas gente, pero no les impide cada tarde-noche a las 8 salir a sus ventanas, a sus balcones para aplaudir en medio de un silencio extremo.

Ellos y ellas se suman al resto. A las ciudades, donde los aplausos son más numerosos, abarcan más cantidad de personas aplaudiendo.

En pueblos con apenas gente hay muchísimas personas con ese gesto tan hermoso y humano de aplaudir en estos días de confinamiento. Ellos y ellas están bajo el mismo cielo que el resto y con los mismos peligros.

Yo me uno a esos aplausos solitarios, sonoros y universales de los pequeños pueblos donde las limitaciones en estos días son más si cabe, que las personas que estamos en las ciudades.

Yo me uno a esos aplausos que con fuerza todos dedicamos a los grandes héroes de esta batalla del coronavirus.

Elena Sáiz Sepúlveda.