jueves, 8 de julio de 2010

Cuando se sale del Abismo

Si una persona toca fondo, después puede llegar a la plena felicidad celebrando la existencia al máximo y sintiendo la emoción de la vida sin importarle sus riesgos en todos los aspectos.

Si no se toca fondo, si no se llega al abismo de, por ejemplo, percibir que no eres humano siéndolo, por ejemplo, sentir como tu cerebro se rompe en mil pedazos llegando al auténtico caos mental, a la oscuridad terrible de no ver una pequeñita luz de esperanza. Uno no puede percibir después el silencio del amanecer de la música del corazón, que es conseguir la paz infinita del alma envuelta en un tiempo atemporal; donde, por ejemplo, una gota de lluvia puede llegar a ser el inmenso mar romántico y una estrella la puedes coger entre tus manos.

Si no se toca fondo es difícil brindar por el brindis de la vida con pasión, aceptándola tal y como se muestre hacia nosotros, con su orden y su desorden, su fragilidad y su fortaleza.

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